El Real Madrid derrotó al Barça en el segundo Clásico de la temporada 15 días después de eliminarlo en las semifinales de la Supercopa. Un partido en el que quedó claro el poderoso juego interior del equipo que, a pesar de las significativas ausencias de Tavares y de Deck, fue un factor determinante para la tercera victoria en la Liga y seguir invictos en este curso (cinco de cinco). Enorme actuación de Poirier (22 puntos con 6 mates, 8 rebotes y 29 de valoración) y mención especial para el canterano Diagne (9 puntos, 8 rebotes y 14 de valoración en 16 minutos). Campazzo y Musa, los otros dos jugadores en dobles dígitos.
La ausencia de Tavares parecía generar dudas en el ambiente. Pero no en el equipo. Chus Mateo metió a Diagne en el cinco inicial y el canterano de 16 años, que jugaba su segundo partido con nuestra camiseta, respondió con creces. Anotó la primera canasta del Clásico y en los 7:14 minutos que estuvo en pista rozó la perfección con 5 puntos y 8 rebotes, 5 de ellos en ataque, dejando en cero a Vesely. El Madrid salió con una marcha más, la que puso un eléctrico Campazzo (7 puntos, a uno por minuto), para lograr un primer parcial de 11-2 en el 4´. Eso obligó al Barça a mover el banquillo. Parker tuvo la ayuda de Brizuela y los azulgranas consiguieron recortar distancias en el transcurso del primer cuarto (14-13).
El Madrid, firme por dentro
El partido fue cogiendo mucho más ritmo ofensivo. El equipo mostraba superioridad en la pintura, ahora con un Poirier extramotivado (8 puntos) y su conexión con Sergio Rodríguez, que levantaba al WiZink Center con tres alley oops calcados. Pero la falta de acierto en el triple le impidió en determinados momentos coger mayor renta. Frenados Laprovittola y Willy Hernángomez, los de Grimau encontraron en la velocidad de Brizuela y en el músculo de Nnaji la forma de contrarrestar los puntos madridistas. Cuatro tiros libres de Musa deshicieron la igualdad antes del descanso (37-33).
El Madrid entró algo acelerado en la segunda parte, intentando abrir brecha cuanto antes. Eso lo llevó a cometer algunos errores al principio, pero los subsanó con una gran defensa, destacando el trabajo de Campazzo, Abalde y Musa sobre sus exteriores. A partir de la intensidad atrás y de jugar con cabeza en ataque, con Musa y Poirier como ejecutores, empezó a construir su ventaja en el tercer cuarto. Un parcial de 15-3 le dio una superioridad de 12 puntos con el 48-36 en el minuto 26. Los azulgranas sufrían, pero su calidad individual y los tiros libres les permitieron mantenerse dentro del partido (59-50, min.30).
El Madrid fue muy superior
No estaba cerrado todavía pero sí en las manos del Madrid. El Barça apretó en el último cuarto con el empuje de Parra y de Brizuela. Sin embargo, la respuesta madridista no se hizo esperar y llegó de la mano de Llull. El capitán neutralizó los puntos del rival con siete consecutivos. Campazzo tomó el control definitivo y junto a Musa y un imparable Poirier, que con 22 puntos se quedó a dos de su récord de anotación con el equipo, manejaron con solidez una renta que llegó hasta los 14 puntos con el 80-66 en el 28´. Con el Barça intentándolo a la desesperada, Diagne, que había abierto el marcador, lo cerró con un mate en una brillante actuación personal (86-79, min.40). Se convirtió en el debutante más jóven en un Clásico de Liga por delante de Doncic con 19 años, 9 meses y 9 días. Rudy superó a Herreros y se convierte en el quinto jugador en solitario con más partidos disputados con nuestra camiseta en Liga (351).
PRENSA REAL MADRID